La actitud que se requiere es:
No objeto. Sin pensamientos, ni imágenes; sin razonamiento, ni palabras, sin análisis ni conclusiones.
No apegarse a las cosas, a las sensaciones, a las ideas, a los problemas ... a las personas ...
Es ser consciente de tu valor absoluto.
Cuando uno toma consciencia de sí mismo y está centrado en la meditación, esta ahí presente.
Aparece la verdadera libertad que nos permite ser.
Es la mente despierta y presente.
Existe una actividad grande de la mente que tiene relación con la postura y con la respiración consciente.
EL UNICO MOMENTO ES EL PRESENTE, no querer retener nada, no apoderarse de nada.
No detención. Es decir, ser libre de las ataduras del deseo.
Siempre hay un nuevo horizonte más y más amplio.
Somos limitados en la forma, el espacio, y el tiempo ...
... pero somo ilimitados en la percepción y en el espíritu.
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